Mirar

Extasiado me quedo
mirando tu cuerpo
desnudo en el suelo,
después de haber dado
lo malo y lo bueno,

exhausto de gozo

y pleno por dentro.

Me voy a mirarme
en el espejo que dice
que yo aún más quiero,
que deseo sentir el calor
que arde en tus manos
cuando acaricias mi cuerpo.

Te miro de nuevo
desnudo boca abajo
al lado del fuego,
que hace sombras
en tu cara y en tu pelo
y me niego,
me niego a quedarme
sin probarte de nuevo,
así que me quedo desnudo
para excitarte el pensamiento
y despertándote del sueño
empezamos sin celo
a comernos enteros.

Infinito

Infinito en lo pequeño
que tiene el alma,
en los requiebros de vida
que por ahí saltan,
en las capacidades sentidas
cuando las bailas,
al son de las casualidades
que el momento canta.

Infinito el sentir
que alza el vuelo
para perderse en el aire
sin llevar miedos,
para respirarse niño
aunque por fuera eres añejo,
porque para sentir
no hay edades
ni falsos techos.

Infinitas las palabras
que en los versos juegan
a crear un nuevo mundo
donde expresarse sin pegas,
para dar un rumbo nuevo
a la vida que está en espera,
que será bella y franca
como flor en eterna primavera.

Infinitos juegos de barro
manchándose la manos,
infinitos sueños de adultos
que aman sin desencanto,
infinitos besos al mundo
que nos mira con agrado.

Somos dentro

No te equivoques,

soy parte de ti

y no un recuerdo

tapado y olvidado

en el pasar del tiempo.

Soy parte de ti

y tú de mí,

los dos lo sabemos

somos uno en ser,

en lo eterno,

dejando de lado

lo que estás viviendo.

Porque vivirás sin mí

y no importarte,

jugarás a que amas

para engañarte,

dirás que eres feliz

por demostrarte,

aunque jamás olvidarás

lo que de ti ocultaste,

que me amaste.

Y ahora te cuento un secreto,

soy arte de ti

y tú de mí,

me lo ha dicho el universo

y el infinito que somos dentro,

soy parte de ti y tú de mí,

aunque no nos vivamos

en esta vida de ensueño.

Llegó el momento

Dale vuelo
que te espero
para agarrarte las manos
porque ya llegó el momento
de que decidas sin pretextos
mostrarte en tus adentros.

Tengo palabra de hombre,
mi hombro ancho te dejo
para que apoyes tu versos
esos que me contaron
de tus dudas y tus miedos.

Llegó el momento
no esperes,
mi poetisa sin dueño,
que al no desear nada
encontré tu mundo inquieto,
intercambiamos palabras

y vi que llegó el momento.

Sorpresas que da la vida
si sabes verlas sin miedo,
que casualidades no existen
y menos, entre sabios de lo bello,
por eso yo a ti te digo
que ya te llegó el momento
así que piensa en ello
porque yo aquí te espero,

poetisa de mis sueños.