Mi deseo tiene
en tu piel su puesto
esperando impaciente
ver en ti ese gesto
que indique el poder
de todo mi esfuerzo,
de mi razón de ser
a este impulso previo.
Como fruta prohibida
que quiero y deseo,
como fruta prohibida
que en pecado convierto,
como a todo lo prohibido
yo soy de ti adepto.