como si no fuera bueno,
queriendo cambiarlo
por otro certero,
dejando de lado
al sabio de dentro
que genera hormonas
a miles y a cientos
sin saber siquiera
que es eso del transgénero.
Inocentes almas
que rompen su centro
y de un cuerpo sano,
pasan al modélico,
unos quitando badajos,
otras mutilando senos
y así con ello consigan
estar en lo cierto,
que valen en la vida
y por fin son perfectas y perfectos,
a pesar de haber tenido
mala suerte en su nacimiento
por haber nacido y crecido
en equivocado cuerpo.
Sociedad inmunda
que abusa de ellos,
que permite que se hieran
en vez de quererlos,
a ellas saltando por vallas
y a ellos llorando de sentimiento,
en vez de aceptarles bellos
se encarnizan con sus mentes
y monstruosamente con sus cuerpos,
confundiendo con palabras
algo que deben ser hechos,
que es educarles a quererse
al margen de su físico externo,
que su sexo no marca
todo lo que llevan dentro,
que no hay que operarse nada
para seguir siendo,
que hormonarse no vale de nada
si a su ser no le están viendo,
que son grandes en lo que se sienten
quitando los estereotipos de en medio,
esos que están trasnochados y obsoletos
que siguen dándonos miedos
y siguen mutilando cuerpos.
Maldigo las leyes que permiten esto,
amparando el maltrato
del que estábamos huyendo
disfrazado de moderno,
campa a sus anchas por los colegios,
que equivocadas las leyes
en este y en otros aspectos,