y ahí perdí mis alas,
cayendo en picado
en la trampa de tus ganas,
esas que pusieron al nacer
entre tus sábanas.
Te cobijaron con ellas
y ellas son las que te calman
como un niño con su oso
que abrazado a él descansa,
ganas de ir siempre ganando,
ganas de ser el que manda,
ganas de ser niño en el bautizo,
ganas de ser el novio que ama,
ganas de ser muerto en el entierro
y Peter Pan por las mañanas,
ganas de notar que ganas,
ganas de dejarme sin ganas,
ganas de estar siempre en el que ganas
para que al final
te quedes sin ganar nada,
pero estate tranquilo
porque tú ganas.