espera sin miedo,
creí que me decían
cuando estuve en aprietos,
pero fue una mentira
cuando llegó el momento
y me vi sola y perdida
sin recursos de talento,
teniendo que buscarme sola
el sustento para el pleito,
abandonada a mi suerte
sin yo saberlo.
Y una y dos veces negaron
lo que se esperaba de ellos,
y otra vez más, y otra,
cuando pregunté a otros medios,
nadie me da soluciones,
que se suponen derechos,
nadie me tiende una mano
en instituciones que están para ello.
Que si existen leyes,
que si existen reglamentos,
que si hay instituciones
y un conjunto de instrumentos,
pero a la hora de la verdad,
en la estacada me encuentro,
sin saber que puedo hacer,
y esperando el momento
que me corte la cabeza
ese Damocles certero.