susurrando al oído,
se esconde el maltrato
que es cruel y dañino,
el silenciado,
el no visto,
escondido en tus rizos
se queda quieto
pasando desapercibido
No atiende a razones,
controla tu destino,
bajo las palabras
hiere sin pudor
y con delirio,
pero nadie lo sabe
porque es de puerta a dentro,
porque actúa sibilino.
Y si abres la boca,
se pone tu cordura en entredicho,
si dices algo,
es por un momento sin tino,
porque lo que hablas contradice
lo que se ve del amigo.
Es duro decir maltrato
pero es lo que tú has vivido,
es duro ponerle ese nombre
a quien creíste cobijo
y es duro que no entienda
el exterior a tus gritos,
porque ahora si estás cuerda
aunque parezca dañino.
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