que estalla en luces de colores,
en abrazos y en promesas,
mientras acaricio a mi niño en la cama,
tierno y dulce entre sus sueños,
acaricio mi vientre
que traerá un ser nuevo.
Las lágrimas brotan sin entendimiento,
por una soledad amarga
y llena de miedos,
empachada de preguntas
que responder no puedo,
acariciando a mis hijos quedo.
Qué será de vosotros
ante un futuro incierto,
bien lleno de abandono
o de rompimiento,
que os traerá lo que haga
o lo que no haga por miedo,
porque haga lo que haga
mascaréis desasosiego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión