Blanca la sonrisa de mujer que vuelve a ser niña, que en la vejez aflora tras estar dormida, escondida.
Sombra que merodea y recuerda lo vivido, lo no sentido, lo perdido, lo no encontrado.
Pálida risa tonta, infantil, no entendida, que asoma inoportuna y absurda.
Preciosa absurdez que te hace feliz, te ayuda, te libera y por fin.... te deja vivir sin atadura.
Blanca y pálida sombra del atardecer de vida, blanco renacer, pálido recuerdo, de la sombra del sufrimiento. Un recuerdo a mi amatxu preciosa. Un besito mi Ángel de la Guarda.
Se olvidan de lo que amaron, de las alas extendidas, de mis cantos y mis deseos, se olvidaron de mi amor, de mis locuras, de mi sonrisa, de mi pasión. Se dedican a perderme, se acostumbran a tenerme, a domarme y retenerme, a cortar mis alas y mis versos, a derramar mis lágrimas, a romper los sueños. Mi sensibilidad estorba, esa que les hace descubrirse por dentro, la que desean en la cama y fuera de ella les resulta un tedio. Se olvidan de quien soy, de lo que pienso, de lo que siento, se olvidan de lo que merezco. Y me alejo....... y se sorprenden y se preguntan y se duelen por ello.
Soy aire que alivia y ahoga, soy un sueño demasiado vivo, soy lo que quieren y olvidan, soy la misma y soy otra, sorpresiva, inquieta, movida, juguetona, tal vez un poco loca, la que aman, la que adoran, pero olvidan si les toca.