Blanca la sonrisa de mujer
que vuelve a ser niña,
que en la vejez aflora
tras estar dormida,
escondida.
Sombra que merodea
y recuerda lo vivido,
lo no sentido,
lo perdido,
lo no encontrado.
Pálida risa tonta,
infantil,
no entendida,
que asoma inoportuna
y absurda.
Preciosa absurdez
que te hace feliz,
te ayuda,
te libera
y por fin....
te deja vivir
sin atadura.
Blanca y pálida sombra
del atardecer de vida,
blanco renacer,
pálido recuerdo,
de la sombra
del sufrimiento.
Un recuerdo a mi amatxu preciosa.
Un besito mi Ángel de la Guarda.
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