agarrado a las raíces de tus memorias
que están sedientas,
te mal nutres y alimentas
como cachorro en teta seca.
Mientras,
tu ser te pide que salgas,
que te desprendas,
que emprendas camino
y recorras senda,
alejando los agarres
a esa tierra inerte y muerta.
Y mueves tus pies
sacudiéndote la pena,
dejando atrás los huecos
de lo que no te llena,
de ataduras invisibles
que a ti te merman.
Abrazas al aire,
al aprender del camino,
al susurro del alivio,
a tu conciencia,
al andar sin más destino
que descubrir tu presencia.
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