Recuerdo la sonrisa,
las ganas de niña,
el deseo en tus manos
recorriendo mi cuerpo
regalándome risas.
Recuerdo mis besos,
llenos de caricias,
el calor de un abrazo
que me estremecía,
tu mirada limpia
de un alma tranquila.
Recuerdo la luz,
de tus adentros,
perdida con el tiempo
en el que las dudas
echaron su aliento.
Recuerdo ilusión
por vernos de nuevo,
para enredarnos,
juntos calmarnos
y dar rienda al sueño.
Recuerdo el vuelo de buitre
que anduvo al acecho,
esperando que la inconformidad
matara lo bueno,
aún vuela en lo alto,
recordando el reto
de salvar lo nuestro.
Y las hienas del desencuentro merodean,
la incomunicación va haciendo agujeros,
un diálogo mudo revuelve por dentro
y la estrechez de alma entorpece el encuentro.
Urgente meter por vena
una dosis de recuerdo,
donde el placer sonreía,
las caricias eran un acierto,
las manos entrelazadas
nos señalaban el cielo.
En mi lecho moribunda
y puestos a recordar,
recuerdo que aún te quiero,
con la daga del engaño
clavada en lo más interno,
con hienas merodeando
y los buitres en el cielo,
la sobredosis de recuerdos
me recuerdan que aún te quiero.----------------------------
La hienas merodean
en forma de desacuerdos,
haciendo agujeros
que incomunican lo bueno
y el diálogo mudo
revuelve por dentro,
la estrechez del alma
impide el encuentro.
El vuelo del buitre
está aquí al acecho
con alas de discordia
trayendo el desasosiego,
contemplando que el amor
caiga rendido al suelo.
Pongamos remedio
para mantenernos bellos,
que hienas no coman
aquello que es nuestro,
ni buitres esperen
nuestro detrimento.
Invoca a mis besos
llenos de caricias,
al calor de tus abrazos
que me estremecía,
a tu mirada limpia
de un alma tranquila
que a las noches me acunaba
y por el día conmigo reía.
Celebraré de nuevo
la luz que desprendemos,
perdida con el tiempo
en el que las dudas
echaron su aliento
por nuestros adentros,
quiero recordarla y debo,
porque no haciéndolo
perdemos algo los dos
muy verdadero,
válido y cierto.