Me pidió
ayuda,
la agarré la
mano
y volamos
juntos
como dos
hermanos,
creyendo en
la amistad
que pusieron
nuestros pasos.
Compartí mis
sueños,
ella puso el
abrigo,
yo puse el
vuelo
e incluso el
destino
y las dos
juntas hicimos camino,
con su
arropo para el frío
y mi todo en
los bolsillos.
que todo lo
mancha
asomó en sus
ojos
y en su
mirada,
le comió por
dentro,
se la devoraba
y escupía
dardos
que me
envenenaban.
Y cuando el
dolor
de ver su
alma olvidada
era mayor
que lo que daba,
escapé
corriendo
a salvar mi calma
para que los
egos
no me la
atraparan.
Quedaron
los desvelos,
las promesas
rotas,
el vuelo
muerto,
las manos
atadas
y el corazón
quieto,
dejando de latir
por un momento
al sentir que un lapsus
se quedó con
lo nuestro,
lapsus traicionero
que me
acariciaba
mientras
empujaba
el cuchillo dentro.
Descuido de
amigo,
amigo delgado
cuando pasa
el tiempo
después de
los años
nada quedó bueno,
todo
empantanado,
feo, mugriento
y hasta
ensangrentado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión