No ahoga la ola fuerte
cuando te golpea,
ni daña tus manos el frío
que se presenta,
no puede la dureza creciente
con tu amabilidad tierna.
Te cae encima el lodo
para ocultarte,
te asalta el dolor
queriendo asfixiarte,
se cierra la puerta
a donde llamaste
y todo eso no basta
para derrotarte.
No ahoga el viento,
no daña el frío
y no puede la dureza
con la fuerza de la vida
y su bella grandeza,
con tu alma repleta.
Y en tu inocencia adulta
por dentro piensas
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