Me escribes para decirme
que me echas de menos
en muchas cosas,
en muchas cosas,
aunque lo que elegiste
te alejó de mis ropas.
Echas de menos
cuando te quedas a solas
esperando tener vida,
la que poulette te daba
cuando sonreía,
acariciando tu alma
con verdad limpia
que supo ver tu alma
pero no pudo con tu desidia.
Echas de menos esas cosas
que a ti y a mí nos unían,
las superficiales locas
y las íntimas divinas,
las que no agradeciste
cuando a tu lado tenías,
las que incluso despreciaste
por intensas y sin medida.
Echas de menos ahora,
pero yo ahora,
yo ya estoy
de nuevo viva.