así eres,
jugando en el viento
que sopla en mi lecho
y entre mis placeres.
Mi igual,
agitado por hormonas,
te das al juego eterno
en los pasadizos
de mi cuerpo que desboca,
y rompes tabús impuestos
con tus delicados dedos
que buscan acariciarme
por todos los recovecos.
Mi igual,
haciendo equilibrio
entre mis senos
y mi regazo,
balanceándote con el tiempo
que inexorable va pasando
hasta dejarnos cansas
en nuestro refugio blanco.
Igual eres,
mi igual hallado
en nuestro mundo perdido
de negras nubes
y azules claros,
de tormentas cruentas
y calmos ratos.
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