golpea otros mundos
porque ella es quien manda,
y escondida en lo normal
su criterio impone,
importándole poco
lo que otras verdades
dicen y también esconden.
Perversa la herencia
que todas tenemos
porque se permite
quitarnos lo bueno,
la libertad misma,
el amor sincero,
antes de que nazcas,
ha castrado tu cerebro
habiéndose comido antes
el de tu padre
y también el de tu abuelo.
Herencia malvada
que embiste palabras
para cercenarlas
y así no cuenten cosas
que puedan minarla
o alterar el orden
de lo natural impuesto,
costumbres cotidianas
que damos por hecho
porque así lo aprendimos
desde que nos dan el pecho.
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