y como por arte de magia
y cuando fui a denunciarlo
me hablaron de mala saña,
quedándome yo perpleja,
ojiplática y callada.
Me dijeron por delante
quien creyeron ellos que era,
pero que al no haber testigos,
seguro probar no pudiera,
así que mejor dejarlo estar
y darle a él para que supiera,
información de mi denuncia
y tal vez así no repitiera
lo de rajarme las ruedas.
Así lo hice
y se acabó de veras,
negándome todo el rato
que él fuera,
que me había vuelto loca,
si creía que él pudiera,
que de rajar las ruedas de mi auto
nada quiere y nada espera,
que habrá sido otro
y sabré yo quién es el prenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión