de tu olor y de tu aliento,
doy vueltas y me revuelco
para que se peguen los besos lentos,
los que acarician la piel
dando al corazón un vuelco.
En mi jadear aspiro
otra dosis de tus besos
que me encienden más por dentro,
después llenaré mi bañera
y sumergiré mi cuerpo
en los besos que me quedan,
los que de tu boca salieron
aquella noche de encierro.
Me perderé por completo
en el placer que me otorga
el roce de tu deseo,
del que viene impregnado
el recuerdo de tus besos.
Tengo hoy para mi tiempo,
por eso te sueño,
te pienso,
te imagino
y disfruto en ello.
Si para tí tienes tiempo,
piensa en mí,
en mis manos
acariciando tu cuerpo,
imagina en tus labios mi boca
en el placer que me otorga
el roce de tu deseo,
del que viene impregnado
el recuerdo de tus besos.
Tengo hoy para mi tiempo,
por eso te sueño,
te pienso,
te imagino
y disfruto en ello.
Si para tí tienes tiempo,
piensa en mí,
en mis manos
acariciando tu cuerpo,
imagina en tus labios mi boca
y mis senos tersos,
mis piernas enroscadas
por tus caderas
moviéndose a ritmo suave y lento,
acelerado por tus ganas,
que imprimen fuerza
y pierden almas.
Y si tienes tiempo para mí hoy,
suéñame en voz alta,
piénsame en tu piel pegada,
imagíname a tu cuerpo desnudo abrazada,
y disfrútalo en esa línea delgada
mis piernas enroscadas
por tus caderas
moviéndose a ritmo suave y lento,
acelerado por tus ganas,
que imprimen fuerza
y pierden almas.
Y si tienes tiempo para mí hoy,
suéñame en voz alta,
piénsame en tu piel pegada,
imagíname a tu cuerpo desnudo abrazada,
y disfrútalo en esa línea delgada
que divide la realidad
de la verdad idealizada.