Pasearon entre ermitas,
escucharon los milagros
de sus dueños,
rieron con historias
de unos reyes y su pueblo,
de caballeros andantes,
de mercaderes y necios,
callejuelas, catedrales
y un paraguas de por medio,
rieron con historias
de unos reyes y su pueblo,
de caballeros andantes,
de mercaderes y necios,
callejuelas, catedrales
y un paraguas de por medio,
que andando bajo la lluvia
se les fue pasando el tiempo.
Él en el cansancio cedió su hombro,
de amabilidad lleno su pelo,
cubrió de dulzura sus manos
y sonrió bajo esa lluvia
Se acurrucaron tranquilos
y entrelazando sus cuerpos
se mecieron en silencio,
en una agradable noche
se miraron los afectos
y durmieron en secreto,
se les fue pasando el tiempo.
Él en el cansancio cedió su hombro,
de amabilidad lleno su pelo,
cubrió de dulzura sus manos
y sonrió bajo esa lluvia
al nuevo encuentro.
Ella pasó su brazo
por entre los suyos,
se agarró al abrigo
de su mirada
y como una niña
en brazos mimada,
se dejó arropar
sin preguntarse por qué,
Ella pasó su brazo
por entre los suyos,
se agarró al abrigo
de su mirada
y como una niña
en brazos mimada,
se dejó arropar
sin preguntarse por qué,
sin preguntarse nada..
Esa noche,
al escapar de la locura
que andaba suelta,
entraron en el cariño,
en la suavidad,
en el mimo.
Esa noche,
al escapar de la locura
que andaba suelta,
entraron en el cariño,
en la suavidad,
en el mimo.
Se acurrucaron tranquilos
y entrelazando sus cuerpos
se mecieron en silencio,
en una agradable noche
se miraron los afectos
y durmieron en secreto,
porque sentirse mimado
él lo echaba de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión