el duende bueno,
en caimán astuto
el cordero tierno,
ahora es hiena riendo
ante fallidos encuentros.
El cachorro juguetón
ahora indolente en su juego,
engaña para ocultarse
como hace el lobo en un cuento,
pega zarpazos de oso
aquel que era un ciervo,
y entre artimañas se mece
para hacer suyos sus deseos.
Ignora a quién le quiere,
blasfema de quien le dio cuerpo,
se cree sus propias mentiras
y hace real lo que no es cierto,
se respalda en lo que quiere
da la vuelta a lo que es bello,
tapa con medias verdades,
rechaza su buen talento
y de los años vividos
se queda con el rencor terco.
Quizás tenga que pasar
por ser monstruo
antes que elfo,
vivir lo que no se debe
antes de oírse por dentro,
permanecer en las sombras
para tocar luego el cielo.
Mientras estaré alejada
para no ser de su ira centro,
entretanto apartaré mi ala
para no ser quebrada de nuevo,
durante este tiempo largo
haré como que no le quiero
y agazapada llorando
esperaré a su ser de nuevo.
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