Se escaparon los tiempos
en que éramos críos
colmados de gestos
que dejaban sitio
para jugar sueltos
y expresar sin tino
que éramos siendo
en un mundo de niños.
en que éramos críos
colmados de gestos
que dejaban sitio
para jugar sueltos
y expresar sin tino
que éramos siendo
en un mundo de niños.
Se han ido marchando
las viejas labores
que con los amigos
aplastaban flores
y en casas abandonadas
montábamos cobijo
como hacen los pájaros
cuando quieren nido.
Entre caídas y risas
aprendimos sitios,
descubrimos olores
y alguno a ser pillo,
el momento dejaba
saltar al infinito
y así con los juegos
poder coger brío.
Jugando aprendimos
de nuestros errores
como enjaular grillos
y algunos ratones
o tirar petardos
en escondidos rincones,
incluso a dar un beso
a los primeros amores.
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