golpeas por dentro
al pronunciarlas,
asoma tu monstruo
cuando quieres excusarlas.
Culpabilizas mi alma,
reprendes mi esencia,
intentas minarla
para que no se defienda,
que a ti oír las verdades
te incomoda y te calientas,
echando balones fuera
dejas escapar tu lengua,
que dejó de ser lenguaje
cuando entras en defensa.
Me tachas de rompe y rasga
cuando siento que me acechan,
por parar los carromatos,
que a robar quien soy se acercan,
por decir ya más no paso
con asertividad cierta,
incriminas a mi llanto,
expresión de mi tristeza.
Como un oso atrapado
das zarpazos de vileza,
apuntando a mi pasado,
mi presente y mis maneras,
bellaquería en tus labios
y en tu intención la indolencia.
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