has marchado de mi lado,
se acabó el juego
en el que jugábamos,
tú a ser mi esencia,
yo a ser tu mano.
No espero tu regreso,
pero conservo tu encanto,
permaneciendo en recuerdos
de cuando éramos ambos
un padre alegre
y una hija en brazos,
en el juego de la vida
que hace años se ha cortado,
para jugar tú en tu cielo
y yo permanecer aquí abajo.
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