Piedras del destino,
una vivencia
de amor escondido
en la que encontró al cinismo
que colocó todo en un sitio.
Atravesada
la barrera
del dolor
infinito,
solo la queda el disfrute,
lo bueno,
el resurgir del cieno.
Saber tranquiliza su alma
dejando todo en suspiros,
la paz a vuelto a su casa
al reencontrar su camino,
mirando el pasado en calma
se encontró con sus sentidos.
Sombra y luz,
negro y blanco,
blanco y negro,
cara y cruz,
comprendió que en la vida
lo importante eres tú.
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