no te encuentro
y entrando en tu casa,
sé que no estás.
Me asomo
por tu ventana,
cortinas corridas
que no me dejan ver
mi hogar.
Te llamo en alto,
sin respuesta
a mi llamada
y corro a casa,
tu teléfono solo,
tu ordenador apagado.
Me siento pensando
donde te encuentras,
mientras el temor
invada mi ser,
de pronto mi puerta
y tú en ella.
Contacto,
cálido encuentro,
prohibida pasión,
turbio deseo
que enciende el alma.
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