Con el anhelo despierto
en las noches de soledad,
las lágrimas brotan
en el silencio
que lo envuelve todo.
Amor eterno
en el alma abarrotada
de amor eterno,
en el silencio
del corazón.
Entre sábanas
de sueños,
abrazada por
el puro silencio.
Mis besos guardados,
como tesoros
que la boca esconde,
reflejada mi luz
en tu espejo,
es eso,
solo reflejo
de la grandeza
de mi luz atenuada
en el resplandor
del silencio.
Amada sin estar a tu lado,
acariciada por tus palabras,
besada en mi silencio,
amada sin tenerme,
deseado mi deseo
en los silencios
que la distancia impone.
Carta para mi ángel de la guarda.
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