cuidando mi cuerpo,
abrazando ideas nuevas
que me hacen ver lo viejo,
quitando así los vendajes
para identificar muertos
y destapar lo encubierto,
lo que hasta ahora era normativo
y elegido por ellos,
escondido como cierto
entre antiguos recuerdos,
de lo oído y vivido a mi madre
o a la vecina del sexto,
lo aprendido en la escuela
o lo enseñado por el clero.
Me dices que he cambiado
y estoy de acuerdo,
porque por debajo de nadie
ya no me siento,
porque si me incomodas
te detengo y contesto,
porque si lo que hago bien ignoras,
lo potencio por ser bueno,
porque si intentas pisarme,
ya no me dejo,
porque si ocupas mi espacio,
te paro en seco,
así que sí,
me dices que he cambiado
y estoy de acuerdo.
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