rozando tus labios,
dulce manjar ellos
nítidos en mí pensamientos,
en mi recuerdo.
Me hice falsas esperanzas
llenas de palabras,
palabras sin nombre,
al menos no es el mío
el que dices a las noches.
Turbio juego conmigo,
perpetuo en sí mismo
pues lo ha hecho eterno
mi deseo de estar contigo.
Caricias perdidas,
besos no dados,
extrañas miradas,
deseos no logrados.
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