me encuentro a mi mismo,
sabiendo que a veces me pierdo
en algún que otro suspiro,
suspiros del viento
que me cantan al oído
y salgo a jugar de noche
cuando el día se ha metido.
Y mientras engaño al día
tengo palabras por nombre,
un verso es mi apellido
mientras me busca el derroche,
reflejándome en la mar
las nubes son mi soporte
y la luna me ilumina
si me hago algún reproche.
Mendigo de sentimientos,
voy enriqueciendo vida,
llenándome de mí
y de lo que en mí habita.
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