el frío del hastío,
sabor de tus recuerdos
que impregna el aire,
brotando como rabia nueva,
como surge el hombre lobo
en noches de luna llena.
En la soledad de mi cuarto
siento el calor de tu cuerpo,
ahora lejano,
el mismo que llena de tu olor
a otro amante entre tus brazos
y tan solo imaginarlo
asesina mi ánimo.
Revivo las caricias
que la lluvia me susurra,
mientras el eco de la noche
repite mi llanto,
taladrando mis oídos a su paso,
como gota que perfora día a día
cayendo en mi corazón rancio.
En mi pluma busco alivio
para no acabar maullando,
con mis versos recobro el sentido
y transmuto en besos el llanto,
para no acabar muriendo
por los secretos guardados,
para calmar el ansia oculta
que está durmiendo a mi lado.
Lluvia- enero 2010
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