Esperó

Acariciándose solo,

lamiendo sus heridas,
empapado de su amor,
llamó,

esperó esperanzado

y nadie respondió,

nuevamente,

como ayer o hace un mes,

nadie, 

alguien ausente.

Sancionado y perdido,

se resignó a no verte,
a no oírte, 

ni hablarte,
se resignó a no tenerte
y hasta al no poder amarte,
se resignó a olvidarte

sin dejar de quererte.

Resignación- abril 2009