en un alma veraz,
que alberga inocencia
con la que mirar
a un mundo podrido
carente de paz.
Un zarpazo hermano
la lleva a lo absurdo,
un jirón de entrañas
del amigo rudo
la golpea y sangra
sin pudor alguno.
Y tras un sopapo
que la deja en suelo,
resurge y sana
sin morir por dentro,
porque ingenua es la mente
e ingenuo el pensamiento.
Embellece las sombras,
desaparece lo oscuro,
los demonios detractores
los enemigos profundos,
los fracasos,
las maldades,
lo impío del inframundo,
porque desconoce a Hades
y ni sabe de su mundo.
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