las dadas y aprendidas,
las obligadas,
creer que sin ellas
no eres nada,
por miedo al vacío
que te amenaza,
por temor a no poder
coger la sartén por el asa
y por pura y dura desconfianza.
Creencias creídas
sin meditarlas,
sin saber si están vivas
o si son válidas,
si te cuidan de veras
o son quienes te amargan,
si te suben al cielo
o te amilanan el alma.
Creencias sencillas
de andar por casa
y creencias profundas
bien asentadas,
que no hay hijo de padre
que pueda borrarlas,
a no ser que la vida
te ponga suficientemente en danza
y veas necesario cambiar
y cambiarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión