para tranquilizar la vida,
laberinto de neuronas
con habilidades infinitas
para crear lo que no es cierto
y mentirse en sus mentiras,
o falsear por el juego
y en el juego joder vidas.
Transformar lo cotidiano
la mendacidad es rutina
para tapar lo inhumano,
por querer guardar mentiras,
acabó creyendo falso
lo que de verdad era vida,
terminó maniobrando
y enredando la partida,
la suya y las de al lado
jugándose la salida.
Falsedad hay que llamarlo,
ignorancia en sí misma,
torpeza que rompe al hijo,
matándole la pericia
para lidiar con el mundo
y comprender las caídas,
ignaro que ha provocado
inocular su veneno
a quien no debía.
Mentiras- diciembre 2008
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