momentos gratuitos,
sin valor,
vacíos de sentir
y llenos de trivialidad,
es la soledad del alma,
suspendida en el aire,
perdida en insustancialidad de vida,
como palabras que no se escuchan,
o que no se leen,
que no se escriben
y ni siquiera se sienten,
momentos perdidos
y deshabitados,
indiferentes.
Soledad del alma- noviembre 2009
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