el temor ciega
y lo invade todo
con fiereza
devastando templos
que debieron ser sagrados
e intocables en su esencia.
El temor juzga,
condena y hiere,
el amor ama a quien tiene enfrente,
dejando que sea lo que puede,
respetando lo que es
y lo que siente.
El amor escucha
y el temor miente,
habla por la boca
con palabras hirientes
o con necedades
o con sandeces,
con sordera profunda
y con estupideces.
Opuestos- diciembre 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión