el aire de la mañana
rozando tus labios,
nítidos en mí pensamientos,
en mi recuerdo.
Me hice falsas esperanzas
llenas de lujuria y deseo,
palabras sin nombre,
al menos no es el mío
el que dices a las noches,
mientras sucumbes
absorbida por el goce.
Turbio juego conmigo,
perpetuo en sí mismo
pues lo ha hecho eterno
mi deseo de estar contigo
cada vez que recuerdo
en nuestra cama lo vivido.
Caricias perdidas,
besos no dados,
extraña ya mi mirada,
mis deseos no logrados,
eterna la hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión