en el infinito tiempo,
que convierte en un momento
lo que tú vives
o lo que yo pienso.
Momentos compartidos,
como fugaces destellos
que se quedarán en nada,
ni tan siquiera en recuerdo,
creemos que somos algo,
sin ser ni medio segundo
en el transcurrir certero.
En el ajetreado presente,
nos creemos ser eternos,
pero hoy he tomado respiro
y he recordado lo cierto,
que otros inmortales pasaron,
y también cayeron,
y ahora solo recordamos
vestigios de lo que fueron,
dentro de otros 2000 años
nadie recordará quienes fuimos
ni qué hacemos.
En brazos del recuerdo- enero 2010
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