Allí donde el mar
no pisa la tierra,
donde las montañas
bajan al valle a beber,
donde las rocas
hablan con las flores
de miradas y pasiones,
es allí donde el desierto
le regalo un manto de flores
a la noche estrellada.
Allí es sí,
donde la luna
me dio una de sus caras,
la oculta,
y entres sus mares visibles
su sonrisa se rio de mí;
Mare Imbriun y Mare Serenitatis
que miráis mi destino,
Vanorum e Insularium,
oléis mi penar,
Cognitum y Nubium,
devoráis mi ser
con vuestra gran boca.
Allí el demonio me dijo
que le diera mis alas para volar,
que subiría a ver a su amada
allí donde los ángeles
juegan a no tener sexo,
donde las miradas
se pierden en el olvido
de pasiones ya perdidas;
es mi doble pérdida.
Allí donde las magas
juegan con los Elfos,
los trolls ríen con los orcos
y los gnomos recolectan setas
para que los brujos
se las cocinen a sus brujas.
Es allí donde las hechiceras
brindan con lascivia en sus copas,
por tus sentimientos enfrentados,
de amores prohibidos,
los que te matan.
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